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jueves, 19 de junio de 2014

Sola

Esas ganas de llorar, de necesitar soltarlo todo, de no aguantar más y sin embargo no querer, no querer que los demás te vean así, no querer verte a ti misma con lágrimas en los ojos, también se podría deducirse mentirse a sí misma, mentirse por intentar pensar que todo va bien, que no tienes problemas, que nada malo te pasa, que estás perfectamente... cuando en realidad sabes que no, cuando te gustaría poder llorar y correr, correr lo más lejos posible hasta que te quedes sin fuerzas... y sin lágrimas. Engañarte creyendo que al final no llorarás cuando lo primero que haces al llegar a tu casa es llorar, por todo y por nada, porque la vida es así.

Hace poco intenté creerme que importaba, y me volví a ilusionar, una ilusión que lo único que ha conseguido es volver a derrumbarme. Ya no existe una salida, ni siquiera hay una entrada. ¿Qué se supone que tienes que hacer cuando tu bien no está bien? ¿Derrumbarte? ¿Hablarlo? ¿O simplemente llorar hasta no poder más?

Cada día decido no volver a hacer lo mismo, no volver a recaer en la misma trampa, no volver a ser una simple tonta de nuevo, pero simplemente no puedo. Cada día escribo o repaso por mi mente lo que pienso, pero no llega a convertirse en nada más.

Veces en las que te sientes vacía, en las que sientes que no eres más, que sólo eres una decoración más, que solo eres una segunda opción, un segundo plato. Y así me siento yo, vacía y sin nada, sola.

-Trumi

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